Concierto: The Cult - La Riviera (04-06-06)
...y por fin llegó el día!!! Hacía años que no me sentía tan nervioso antes de un concierto. Y la razón de esto se debe a tres motivos muy concretos: Os podeis imaginar que ver a The Cult siendo un enano de 14 tacos, viviendo por primera vez lo que era un concierto sudoroso, en un garito lleno de peña fumando cosas que olían raro (si, es que a esa edad aún era un poco inocente), llenos de tatuajes y encuerados hasta las orejas, pues fue una experiencia que nunca olvidaré. Fui con mi colega Charli, que fue el que me inicio en "El Culto", y sus hermanos mayores, que fueron los que nos llevaron hasta la Sala Aqualung, que en aquella época estaba en Leganés nada menos. En resumen, fue la leche. Y aquí me encuentro, nuevamente con Charli, y esta vez con unos cuantos colegas más, dispuesto a reafirmar mi fé en Ian Astbury y Bily Duffy y con unos nervios que no me tengo en pié. Y para mi sorpresa, esto está lleno de gente que está como yo. Y además entre el público está parte de los más granado de la escena rockera madrileña. Por allí se vio a gente de Nancy Hole, Still Nasty, Maggot Brain, Middle Fingers y Electric Fence. Y estaba ¡¡hasta el cantante de Hamlet!! Y me sorprende porque para mi, The Cult siempre ha sido un grupo incomprendido y desconocido en nuestro país. Siempre ha parecido que este grupo sólo lo conocían unos cuantos rockeros raros que eramos los únicos que los entendíamos. Y cuando encontrábams a otro como nosotros, podias tirarte horas hablando sobre ellos: que cual es el mejor disco, que si que voz que tiene el Astbury, que si te gusta más el rollo gótico del "Love" o la caña de "Electric", etc. Y si además recuerdas cuando en el año 93 la banda teloneó a Guns'N Roses y fueron bombardeados con vasos, bocatas y todo lo que el público tuvo a mano. En resumidas cuentas, que a España no le gusta The Cult. Eso era lo que parecía estar claro. Hasta que al entrar en la Riviera, después de una larga cola, vemos que una ingente multitud abarrotaba la sala, y el clima de expectación por ver a la banda de mis amores se respiraba en el ambiente. Y yo no me lo podía creer ¿Toda esta gente aquí para ver a estos?¿Y donde han estado estos 13 años? En fin, tras varios minis de cerveza a 9 euros!!! y unos 45 de retraso, ya con los nervios a flor de piel, de repente se apagan las luces, comienza a sonar el riff de "Li'l Devil" y ya todo da igual ¿Se puede comenzar mejor un concierto? Y después "Sweet Soul Sister", "The Witch", "Wonderland", y todos los clásicos, uno detrás de otro, que hicieron que el público vibrara, saltara, cantase todos los temas y viviera una experiencia increible. Nunca imaginé que temas como "Rain", "Sweet Soul Sister" o "Love" pudiesen sonar tan intensas y cañeras, y es que las dosmil y pico personas que estuvimos allí las coreamos como himnos. La banda sonó contundente como pocas, Billy Duffy demostró sus grandes dotes a las seis cuerdas y bordó cada uno de los temas. En cambio, Astbury, siendo para mí uno de los mejores cantantes de la Historia del Rock, me defraudó. Aunque ejerció sus labores de frontman animando al público de un modo adecuado, le falló la voz. O se la reservaba, porque aunque la mayotia de los temas no los cantaba enteros y se saltaba trozos, en otros su voz era ese chorro de voz que yo siempre he venerado. Y la mayor sorpresa en ese sentido fué cuando, a mitad del concierto, desaparece toda la banda y Astbury y Duffy se sientan en el centro del escenario, y con una guitarra acústica se marcan una impresionante versión de "Edie (Ciao Baby)" que por poco me hace saltar las lágrima. Y que voz... ¿Y que más? Pues "Peace Dog", "Electric Ocean", "Rise", "Spiritwalker", "Wildflower"... y para cerrar el bis "She Sells Sanctuary" y ya puedo morirme tranquilo. Un poco más de hora y media de paraiso acaba de terminar. Etiquetas: conciertos
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